nieve

jueves, 12 de diciembre de 2019

Molinos de viento

A veces quisiera desaparecer,

poder perderme en mi taza de café.

A veces quisiera ya no más creer;

que Dios me prive de mi propia fe.


Dicen que debería aprovechar mi juventud,

debería de romper otros corazones,

pero aun siendo joven de salud;

no me gusta hablar con esas intenciones.


Estoy consciente de que pronto moriré.

Si no es por el destino será por el después,

perdiendo el juicio siendo juez;

en este juego yo no ganaré.


Sin más emociones,

cantando situaciones.

Y me escuchan en el cielo,

caigo otra vez,

me muero y no me ves.


Cuando estoy a solas conmigo

me convierto en mi enemigo,

Si soy carbón y no diamante;

no tengo amigos;

no tengo amantes.

Sigo confundiendo

molinos con gigantes.


Si supieras lo que soy;

si no me quisieras sólo por  el exterior.

Estarías conmigo hoy;

compartirías mi dolor.


Cuando estoy a solas conmigo

me convierto en mi enemigo,

Si soy carbón y no diamante;

no tengo amigos;

no tengo amantes.

Sigo confundiendo

molinos con gigantes.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Lo hiciste por mí.

Por mí

Lo hiciste por mí.
Una vez más mi corazón cedió ante el recuerdo.
Aquel suave oasis en el desierto.
La alucinación perfecta de esta pobre alma en pena.



Pero esta vez fue por mi.

Cada palabra, cada roce;
todo fue por mi.
Y por un segundo estuve en el cielo.
Danzando con las estrellas.
Mientras dejaba mi cuerpo en tus manos.
Y mi alma al borde de la gloria.
Disfrutando por un momento aquel sentimiento.
Ese que se vuelve veneno cuando no te tengo



Por un segundo te sentí a ti.

Y hubiera deseado que la eternidad fuera así.
Un vals que bailan las olas que mecen nuestros cuerpos.
Un momento atesorado por el tiempo;
capturado por la esencia de un afecto que va más allá del cuerpo.
Murmullos pronunciados por labios afectos.
Que se deslizan por el relieve de mi ser, sin ti imperfecto.



Por un momento lo hiciste por mí.

Olvidaste todo,
y atesoramos los sentimientos que tengo por tí.
Acunando en tu pecho este corazón joven e ingenuo.
Cuidando no herirlo ni ahogarlo en el tintero.
Mientras escribías en él las mentiras que debía creer.



Por mí;

lo hiciste por mí.

Fingiste un momento.

Que era amor y no miedo.

jueves, 10 de octubre de 2019

Bailando hacia la eternidad.

La melodía danza a nuestro alrededor;
mientras mi cuerpo se llena de tu calor.
Tu mano sujetando la mía;
mientras nuestras respiraciones bailan en armonía.


Bendito sea el deleite que perciben mis oídos.
Aquel que da rienda suelta a nuestros caprichos.
Tu cuerpo tan cerca del mío.
Susurrando a mi piel tus deseos prohibidos.


La sala es inmensa y brillante,
pero solo te percibo a ti en este instante.
Ojos curiosos y palabras altisonantes.
Mientras me mires a mi son poco importantes
Al final seremos nosotros quienes se condenan.
Bailando pieza tras pieza.


Las notas juegan a nuestro alrededor.
Al compás de los latidos de mi corazón,
deslizando tus dedos por mi espalda,
murmuras los caprichos de tu alma.


Es en esta pista que nos volvemos eternos.
Aun cuando nos estemos acercando al infierno.
En mi corazón no cabe duda.

De que es mía el alma tuya.

Que tuya es el alma mía.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Soltaste el hilo o tal vez fui yo.


Mis insomnios merecen una tregua, que no le das desde que soltaste la rienda del hilo que nos unía.

Puede que lo soltara yo, o tú, o tal vez fuera mutuo aquel pulso de ese día, pero salí por la puerta de atrás sin mirar tus ojos; sabiendo que te quería.

Son pocas las horas que mis ojos descansan sin ti, pero estás en mis sueños por suerte o desgracia, no dormido porque no sueño en ellos, pero sí las horas que no concilio.

Te extraña mi ser sin haberlo pretendido e intentó calmarlo diciendo que ya eres un caso perdido.

Estás en mis sueños, en esos que con ojos abiertos imagino sin tener el tiempo escondido, siendo tú y yo los protagonistas de una historia que ya no será y quedará en el olvido.

Llora mi alma porque te siente cerca aunque parezca que ya te has ido, y es que se perdió con el alba buscándote por los rincones que eran nuestros, tuyos y míos.

Estás en mis sueños, con ojos abiertos a lágrima viva llena de pena y de martirio, odiando por siempre aquel destino que no cumplió la palabra de ponerte por siempre en mi camino.

jueves, 8 de agosto de 2019

La noche de tus días.

Déjame ser la noche de tus días, aunque estén llenos de sombras oscuras y penas inciertas.

Déjame disipar todas tus dudas, pero de un plumazo con el beso más puro que puedas sentir; sin fronteras. Mi horizonte, tú, mi brújula, tú, ese norte y ese sur que hace que no me pierda.

Déjame ser todo lo que nunca hubieras imaginado que fuera, porque estando entre tus brazos ya no hay cuatro estaciones, sólo primavera.

Déjame quedarme en tu eterna primavera; que allí es donde mejor estaré. Dame tu mano y acompáñame hacia el horizonte y hasta desaparecer.

Déjame ser tuyo; Sin ser de nadie más. Sin tener que morir para tenerte.

Déjame ver la belleza de la vida. Pero que sea contigo. Porque solo así podre; y es que con los ojos nublados es muy difícil ver.

domingo, 7 de julio de 2019

En la calle en que gritabas mi nombre.


Búscame, en las calles por las que gritabas mi nombre.
Entre las sombras de los árboles donde contábamos tus pecas.
En los recuerdos que quedan del verano.

Búscame, aún no me he ido.
Sigo aquí,  intentando hallar el eco de tu voz en las calles, pues es la sinfonía más bonita que jamás he escuchado.
Que sigo bajo el árbol en el que decidimos olvidarnos, pues aquel momento todo lo ha marcado.
Que sigo atrapado en el verano terminado, pues al menos siempre nos quedará Febrero.

Que las cosas ya no valen la pena después de tanto haberlas buscado.
Que ya de nada sirve quedarme a esperar en nuestro lugar, con la misma historia sin terminar.
Si ya me has olvidado, si ya se nos acabó el verano.

jueves, 6 de junio de 2019

Abrázame, que no puedo más.

Maldito miedo, que me hace huir una vez tras otra sin mirar atrás, sabiendo que por mucha distancia que ponga, el alma no para de llorar.

Y es que a trozos me hallo sin saberme reparar, por ese miedo impuesto, ilógico lleno de pura electricidad. Una energía inexplicable que nos une al mismo compás y hace que nos sintamos uno a pesar de naufragar.

Intento razonar y calmarme, más no lo consigo cuando no estás, tiemblo, me ansío y desorientó porque eres y serás el mapa que me lleva a cualquier lugar. Aquel que nos hace libres sin noción de tiempo. Ni horas que nos dicten cuando acabar.

Sin ti perdí el norte, todo lo que creí encontrar y sé que la culpa sólo es mía por no dejarme llevar por la mera casualidad.

Ven, abrázame, que no puedo más, rompe mis miedos y compón esos trozos que perdidos están y no sé buscar.

Necesito sentir tu presencia, aunque en letanía siempre estás en tu mirar. Marcando nuestros latidos al unísono entre suspiros, silencios y complicidad sin igual.

Jamás entenderé esta fuerza por mucho que la quiera explicar, pero tampoco haré por hacerlo porque sé que imposible será.

Ven, abrázame que no puedo más, abrígame con tu cuerpo, susurrame al oído y calma mi malestar.

Ahuyenta los demonios que no se quieren despegar de esta sombra sin final y lléname de esa ternura aunque te cueste expresar.

Este es un grito de auxilio que a los ecos de los recuerdos irá, pues no vendrás a mi llamada, tarde es para reaccionar. Sólo me queda soñar despierto con lo que pudo ser y no será y decirte que te quiero aunque mis miedos ganaron al huir una vez más.

Molinos de viento

A veces quisiera desaparecer, poder perderme en mi taza de café. A veces quisiera ya no más creer; que Dios me prive de mi propia fe. Dicen ...