Mis insomnios merecen una tregua, que no le das desde que soltaste la rienda del hilo que nos unía.
Puede que lo soltara yo, o tú, o tal vez fuera mutuo aquel pulso de ese día, pero salí por la puerta de atrás sin mirar tus ojos; sabiendo que te quería.
Son pocas las horas que mis ojos descansan sin ti, pero estás en mis sueños por suerte o desgracia, no dormido porque no sueño en ellos, pero sí las horas que no concilio.
Te extraña mi ser sin haberlo pretendido e intentó calmarlo diciendo que ya eres un caso perdido.
Estás en mis sueños, en esos que con ojos abiertos imagino sin tener el tiempo escondido, siendo tú y yo los protagonistas de una historia que ya no será y quedará en el olvido.
Llora mi alma porque te siente cerca aunque parezca que ya te has ido, y es que se perdió con el alba buscándote por los rincones que eran nuestros, tuyos y míos.
Estás en mis sueños, con ojos abiertos a lágrima viva llena de pena y de martirio, odiando por siempre aquel destino que no cumplió la palabra de ponerte por siempre en mi camino.
Puede que lo soltara yo, o tú, o tal vez fuera mutuo aquel pulso de ese día, pero salí por la puerta de atrás sin mirar tus ojos; sabiendo que te quería.
Son pocas las horas que mis ojos descansan sin ti, pero estás en mis sueños por suerte o desgracia, no dormido porque no sueño en ellos, pero sí las horas que no concilio.
Te extraña mi ser sin haberlo pretendido e intentó calmarlo diciendo que ya eres un caso perdido.
Estás en mis sueños, en esos que con ojos abiertos imagino sin tener el tiempo escondido, siendo tú y yo los protagonistas de una historia que ya no será y quedará en el olvido.
Llora mi alma porque te siente cerca aunque parezca que ya te has ido, y es que se perdió con el alba buscándote por los rincones que eran nuestros, tuyos y míos.
Estás en mis sueños, con ojos abiertos a lágrima viva llena de pena y de martirio, odiando por siempre aquel destino que no cumplió la palabra de ponerte por siempre en mi camino.